Radicales libres, antioxidantes, estrés oxidativo, estas palabras que tan a menudo aparecen en todos los artículos sobre los beneficios de tomar té, a muchas personas les puede sonar un poco a chino. Lo que ha quedado claro en los anteriores artículos es que los antioxidantes son buenos y los radicales libres son malos. Pero… ¿Por qué? ¿Qué son realmente? ¿Como puedo llegar a entenderlo sin tener mucha idea sobre bioquímica? En este artículo trataremos de explicarlo de forma amena para que todos lo entendáis.

Todos sabemos que nuestro cuerpo emplea el oxígeno para su metabolismo. A nivel celular, el empleo de este oxígeno podemos decir que se utiliza con una eficiencia del 95%. El 5% restante genera radicales libres. Éstos son una moléculas oxidantes muy reactivas, todo lo que tocan sale perjudicado. Es seguro que van a acabar tocando algo, pueden acabar reaccionando con proteínas sin mucha importancia y sus efectos pasar desapercibidos. Pero también pueden dañar otras proteínas de vital importancia, provocar daños en el ADN y tras la acumulación de estos daños, provocar tumores, enfermedades cardiovasculares y un largo etc. También son una de las causas del envejecimiento.

El metabolismo del oxígeno es una de las formas en las que aparecen los radicales libres, pero también se forman por el humo del tabaco, la exposición a la luz solar, detoxificación de fármacos y otro largo etc.

Sabiendo que el 5% del oxígeno y otros factores cotidianos anteriormente dichos derivan a la formación de radicales libres, con los peligrosos efectos que pueden llegar a tener, es normal sentir un poco de miedo. Pero nuestro organismo es una máquina prácticamente perfecta, tiene solución para todo. Ahora es donde entran en juego los antioxidantes. Hay de muchas clases, muchos son sintetizados por nuestro organismo, otros los adquirimos con la dieta. Vitamina C, vitamina E, polifenoles del té y minerales son antioxidantes presentes en los alimentos. Estos tienen la capacidad de neutralizar la reactividad de estos radicales y convertirlos en sustancias no tóxicas.

Los antioxidantes evitan la oxidación de otras moléculas por radicales libres, siendo oxidados ellos mismos. Es decir se sacrifican por las demás moléculas, son unos mártires moleculares.

Es conveniente que el balance entre radicales libres y antioxidantes esté equilibrado. Si este equilibrio está a favor de los radicales, padeceremos el denominado estrés oxidativo. Podemos prevenirlo evitando factores de riesgo como el tabaquismo, usando crema solar y, por supuesto, disfrutando de un buen té. La naturaleza para protegernos ha dotado de un sabor especial a esta bebida tan saludable, así que hay que aprovechar esta oportunidad de vivir más y mejor.