Cada día encontramos tés aromatizados de más y más sabores: florales, afrutados, dulces, especiados… de manera que ya no hay excusa para disfrutar de una buena taza de té, tan sólo tenemos que encontrar la combinación que más nos guste.

Los tés aromatizados también comenzaron en China, con mezclas como el té verde de jazmín o el de rosas. Durante su proceso de elaboración tradicional la mezcla se criba varias veces para separar las flores y sustituirlas por otras más frescas.

Sin embargo los tés aromatizados que encontramos hoy en día en Europa se han sometido a un proceso diferente con esencias o aceites esenciales. Este método consiste en pulverizar los aromas de manera uniforme sobre el té en un tambor que va girando.

Uno de los tés aromatizados por excelencia es el Earl Grey, con ese toque de bergamota que lo hace único al paladar.

También es muy común que estos tés contengan trocitos de los aromas que representan: pepitas de chocolate, fruta liofilizada, especias…

Otra de las formas de aromatizar el té, es añadir al agua cuando se está calentando alguna especia, raíz o flores. Poner en el agua una vaina de vainilla mientras se calienta para luego hacer con este agua nuestro té, es una forma poco usual de aromatizar nuestra infusión favorita.

La imagen muestra uno de mis sabores preferidos, el té negro con menta y chocolate. Curiosamente esta mezcla contiene trocitos de manzana, además de los de cacao  que se funden al preparar la infusión.

¿Cuál es vuestro sabor preferido?

Salander – http://viajandoatodocolor.blogspot.com/