Vanillekipferl y Té Verde Vainilla

Vanillekipferl y té verde vainilla

Las vanillekipferl son galletas de almendra o avellana con un toque de vainilla, como su nombre indica. Aunque su origen es austriaco, es a Alemania a quien le deben toda su popularidad. Se preparan tradicionalmente en navidad pero os garantizo que vais a disfrutarlas en cualquier época del año. Además son muy sencillas de preparar y si tenéis pinches menudos en casa, os animo a que os echen un par de manos porque ellos solitos pueden hacer la masa.

Buscando información sobre la elaboración tradicional, recordé que Marta, de La Libreta Roja, vive en Munich y le pregunté si las conocía. ¡Resulta que en su casa son fan totales de las vanillekipferl! Las preparan cada navidad y ha sido tan amable de pasarme la receta para que la comparta con vosotros. ¡Gracias, Marta!

Ingredientes para dos docenas de galletas de vainilla:

  • 250 g de harina
  • 125 g de almendra molida
  • 100 g de azúcar blanco
  • una pizca de sal
  • 150 g de margarina (o mantequilla sin sal)
  • 1 yema de huevo
  • 2-3 sobres de azúcar vainillado para la decorar

Vanillekipferl: ingredientes

Preparación:

Comenzaremos poniendo en un bol los primeros ingredientes secos que os he dejado en la lista: harina, almendra, azúcar y sal, y los mezclamos entre sí para que queden bien repartidos. A continuación, ponemos la margarina (yo he usado margarina porque soy intolerante a la lactosa pero la receta tradicional es con mantequilla, así que sólo tendréis que dejarla un rato fuera de la nevera para que se ablande un poco) y la yema de huevo en el bol y empezamos a mezclar todo con un tenedor.

Los primeros minutos os parecerá imposible que la masa pueda convertirse en galletas, porque tiene una textura arenosa con pegotones un poco rara pero dadle tiempo. Después de un rato con el tenedor, pasad a las manos. Aún en el bol, cogeremos puñados de masa y separándola entre los dedos. Poco a poco notaréis cómo cambia la textura. Cuando se vaya aglutinando, pasamos la mezcla a la encimera y seguimos trabajándola con las manos, amasando poco a poco hasta que obtengamos una masa completamente lista con el aspecto de la siguiente fotografía:

Vanillekipferl: masa

Una vez lista la masa, haremos una bola con ella y la envolveremos en film transparente. Ahora le toca reposar media hora en el frigorífico. Pasado ese tiempo, encendemos el horno a 175 ºC y empezaremos a dar forma a las galletas.

Para ello, sacaremos una porción de la masa, dejando el resto en el frigorífico para que no se ablande. De esa porción, cogemos un pellizco y la amasamos un poco con las manos para darle algo de calor y que se vuelva más manejable. Hacemos un churrito sobre la mesa y terminamos de darle forma de media luna. Una a una, iremos formando las galletas y poniéndolas sobre una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado.

Vanillekipferl sin hornear

Horneado:

Cuando esté lista la tanda, las meteremos en el horno durante 15 minutos. Saldrán blanquitas con los extremos ligeramente tostados. Mientras aún estén calientes, y con mucho cuidado, que en este punto son delicadas, rebozaremos la superficie en azúcar vainillado que habremos puesto en un platito. Ya sólo queda dejarlas enfriar en una rejilla.

Vanillekipferl

Como habéis visto, el toque de vainilla viene sólo al final, pero se nota en su aroma y en cada mordisco de las vanillekipferl. Para potenciar ese sabor, os animamos a tomar estas galletas con el té verde Sencha con aroma de vainilla que tenemos en nuestra tienda y hacer un combo de merienda per-fec-to.

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Té verde vainilla

Esta receta es una colaboración de Etringita, autora del blog comestible Fotomerienda.


3 comentarios de “Vanillekipferl y Té Verde Vainilla

  1. Son un peligro. Están demasiado buenas. N dice que han entrado directamente en el número 2 de su ranking de galletas favoritas.

  2. John dice:

    Que buena pinta

  3. Carabiru dice:

    Qué ricoooooo. Una amiga de la familia de mi pinche, que es alemana, también las prepara para Navidad y confieso que, si pudiera comerme todos los que me pide el cuerpo, empezaría el año convertida en una pelota de vainilla, jajajaja.

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